Después de cinco años de negociaciones, el gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) pusieron punto final a la guerra de 36 años al firmar el Acuerdo de Paz Firme y Duradera. Cálculos de grupos de derechos humanos situaron en 150 mil muertos, 50 mil desaparecidos y 45 mil repatriados las víctimas del conflicto, que comenzó en 1960 cuando un grupo de jóvenes militares, entre los que figuraba el subteniente Luis Augusto Turcios Lima, se levantó contra el régimen del general Miguel Idígoras.