En 1994 esta fecha fue declarada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, la cual se celebró por primera vez en 1995. Los recursos biológicos de la tierra son fundamentales para el desarrollo de la humanidad y, como consecuencia, existe un reconocimiento cada vez mayor de la diversidad biológica en el ámbito mundial, de valor inestimable para la supervivencia de las generaciones presentes y futuras.